LA PIEL SENSIBLE
Las pieles sensibles y reactivas, en general, tienen unos síntomas muy característicos: rojeces, picores, erupciones, reacción a algunos cosméticos. Esta condición puede darse de nacimiento, es decir, si tu tipo de piel es sensible, es posible que a lo largo de tu vida hayas venido notando estos síntomas. Sabrás, por tanto, lo específicos que han de ser los cuidados que le dedicas a tu piel. La piel cuenta con gran cantidad de terminaciones nerviosas y, en el caso de las que son sensibles, se irritan con gran facilidad, produciendo a veces problemas verdaderamente molestos, requiriendo unos cuidados muy concretos.
¿Pero qué pasa si una piel de otro tipo, una piel normal, comienza a desarrollar los síntomas de una sensible cuando nunca antes los había experimentado?
Si tu piel te está mandando estas señales, préstales atención, puede haber condiciones adversas que estén provocando que desarrolles hipersensibilidad cutánea.
LOS FACTORES QUE SENSIBILIZAN LA PIEL
Los cuidados de la piel no son una ciencia exacta. Para saber cuáles son los más adecuados para ti, lo primero que has de hacer es conocer tu piel. Sin embargo, es cierto que ciertos factores pueden contribuir a que el estado de tu piel cambie:
Una rutina facial deficiente: utilizar cosméticos poco seguros o inadecuados para tu tipo de piel puede hacer que esta desarrolle sensibilidad, que reaccione ante esos productos que no le vienen bien. Tenlo claro: en lo que respecta a los cuidados de la piel, no dejes de consultar con profesionales si tienes dudas sobre cómo actuar. No te autodiagnostiques y utiliza siempre cosméticos con componentes 100% seguros para el cutis y sigue siempre una rutina de cuidados diarios.
La vida urbana: quizá el factor que más afecta a las pieles a día de hoy es el de los efectos de la vida urbana. ¿Qué quiere decir esto? Que la polución medioambiental, la radiación lumínica y los rayos UVA y UVB afectan muy negativamente sobre las pieles desprotegidas. No proteger tu piel frente a estas condiciones puede provocar desde sensibilidad extrema, reacciones diversas, rojeces, picores, hasta erupciones y dermatitis. Si tu piel está sufriendo sensibilidad y no tenías muy clara la causa, quizá se deba a esto.
EL ORIGEN DE LA REACTIVIDAD DE LA PIEL
Tener la piel reactiva se debe a diferentes causas. Una de ellas es medioambiental y tiene que ver con el calor, el frío, el sol, los cambios bruscos de temperatura o la contaminación. El contacto o aplicación de un ingrediente poco tolerado, agua muy dura o ciertos tejidos también pueden provocar molestias en la dermis. Pero también el debilitamiento de los vasos sanguíneos por la acción de ciertos factores internos, como la ingesta de comida picante o alcohol, es un signo de este padecimiento.
TRATAMIENTO PARA LAS PIELES REACTIVAS
Una vez que ya conoces los síntomas que delatan este tipo de piel es necesario establecer cuáles son los cuidados más recomendados para llevar la rutina de belleza adecuada. Y es que si no usas los productos correctos, la sensibilidad de tu piel podría ir a más empeorando con el tiempo.
Exfoliación suave. En primer lugar, y tengas la dermis que tengas, la limpieza debe ser siempre el primer paso en tu rutina de cuidado facial. Sin embargo, los productos que utilices para este fin deben adaptarse a tu tipo de piel. Si es tu caso, opta por exfoliantes muy suaves y delicados. Igual ocurre con los jabones, que deben ser poco agresivos y siempre hipoalergénicos. Así pues, usando este tipo de limpiadores podrás evitar una sensibilidad mayor.
Ingredientes calmantes. En los casos de pieles reactivas e intolerantes, la aplicación de ingredientes que calmen y normalicen su apariencia son de uso casi obligatorio. La flor de loto o la manteca de karité son perfectos como calmantes. Además, su efecto antiinflamatorio resulta ideal para los casos de enrojecimiento cutáneo.
Hidratación. Mantener la dermis hidratada es clave para mejorar el aspecto de aquellas que tienen esta condición. Si de por sí este tipo tiende a la descamación y la sequedad, si no se aplica algún producto para mantener el equilibrio hídrico, el resultado puede ser un cutis más alterado y con peor apariencia.
Ya sabes los trucos que pueden ayudarte son:
– Limpieza suave.
– Mucha hidratación e ingredientes con poder calmante.
¡Y si tienes la piel reactiva lucirá perfecta!